jueves, 21 de diciembre de 2006

Engaño y oxidamiento

Me desvestí en el sutil movimiento de su sombra
Callé en la inmensidad de su voz
Me acariciaste sin sentir calor
Callaste en la intimidad de mi piel.

Miraste el baile frío de mi egoísmo
Olvidaste tu verdad, mintiendo al olvido
Miré su pasado en las vertientes de esa alma indómita
Olvide, cegado por la nube del éxtasis, mi compromiso fiel.

Recordé las sombras en mi corazón, la oscuridad dominaba el proceder
Grité al cielo mi desgracia aciaga y reclame acogida
Recordaste por quien realizabas tu labor humillante
Gritaste a la nada un placer falso y perdido.

Sentiste vergüenza al desvanecerte sobre mi cuerpo
Despertaste de este agobio deleitoso, falsedad
Sentí el cinismo del yerro tallado en placer
Desperté del goce impuro encantado por tu tez clara.

Pagué el instante pecador más divinizado por la humanidad
Pensé en el fuego de la felicidad orgullosa ardiendo en mis palabras
Pago su infortunio por esa necesidad maldita que degrada la dignidad
Pensó en los hielos de la tristeza inefable y el remordimiento intransigente.
Continuan historias como estas, a cada parpadeo, que demonizan las relaciones, a cada momento de intimos lazos, cuando los angeles son olvidados, cuando son exiliados a hogueras sin resguardo.
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Los angeles de la guarda, existen pero muchos ya se han suicidado.
La felicidad amigos mios les confieso, no existe como plenitud, como estado solemne del hombre y como se ha dibujado en las mentes romanticas de ciegas esperanzas, pues cada uno de nosotros seres animados con recelo a la realidad esta en un constante mas de sufrimiento. Depende de nosotros olvidar el sufrimiento mayor, que es morir, ser tierra, nadie vivio, vive o vivira eternamente, pues para vivir se necesita oxigeno, y es esto mismo lo que nos mata, nos oxida, termina por degradar nuestras celulas condenadas al envejecimiento y al desvanecimiento. ¿Como afrontar que se esta en cada instante con riesgo vital?, facil todos lo hacen se comunican, se expresan, actuan o juegan, olvidan su perdicion.
Volvamos al asunto de la llamada felicidad, para mi solo hay momentos que no hacen olvidar el sufrimiento, pero que no nos hacen felices, eso creemos pero en una profunda reflexion sabemos que se acabara, podria engañarme diciendo que esto sera eterno, los momentos en que olvidamos nuestro sufrimiento son esporadicos, instantaneos, infimos, relativamente gozados, pero muy recordados, siempre los recuerdo ademas deseo volver a sonreir o alegrarme a cada instante, pero no es asi. Finalmente concluyo pregonando que vivamos engañados, que vivamos mintiendonos, que el unico momento de felicidad, es decir cuando dejemos de sufrir, sera nuestra muerte, cuando deje en el olvido este texto no volvere a sufrir, ya que hare lo mismo de siempre uds me conocen.