Es cerca de las 4 de la mañana, el sueño se desvela junto a mis caídos ojos que se esconden cada vez con mayor continuidad, las teclas me parecen más duras y casi no quedan uñas...
Él puede escribir sólo cuando es de noche y no se encuentra dominado por la idea de querer estrechar algunos vasos, ahora sólo lo acompaña este implemtento que no tengo la menor idea de cómo se llama y unas orejeras que producen música, música que me tiene preocupado ¿Quizas le estan lavando el cerebro? Aveces pareciera que intenta tirar aire con su cabeza, pues la agita constante y rápidamente, otras parece que estuviese a punto de llorar, incluso balbucea algunas palabras como si fuese un bebé, no canta porque su familia duerme hace ya bastantes horas, sigamos con la música o lo que salga de esas negras orejeras, otras veces hace mímica con sus brazos, otras canciones pasan sin pena ni gloria y las que más me gustan son las que lo hacen dormir como si el ritmo le hiciera un masaje en el alma, sus pupilas se dilatan y continúa de mejor humor el resto de la noche....
Hace ya un par de minutos que vengo sintiendo unos ruidos por mi espalda, que da al pasillo justo de la casa que termina con las habitaciones y aunque no puedo definirlos muy bien se asemejan a rasguños, mis padres no están en edad para esas cosas y ni lo piensen de mi hermana si no quieres que mi próximo escrito hable de un lector que cicatriza sus heridas amarrado en un techo citadino, sólo por un alcance comentado por ahí, al sacar mis audífonos sentí el miedo más intenso de mi vida, con espanto noté que si eran rasguños los que se hacían cada vez más insoportables y que dejaban mis esfínteres algo flojos, en específico eran realizados por una sombra que veía de reojo, aunque no lo crean era negra, felpuda, de no más de medio metro y de paso lento, por un momento pensé que era un tapir neozelandés que rodeaba estos lares pero descarte esa hipótesis debido a que ellos se cortaban las uñas por lo que no podían rasguñar algo que se escuchaba como un pedazo de piel, entonces decidí ponerme los pantalones (literalemente tambíen) y con toda la valentía que no se había ido por mis poros ya sudorosos me levante y voltíe la mirada. El asunto se volvía tétrico, nosotros le advertimos que no se quedara hasta tan tarde y que se emplumara a la cama, las alucinaciones y las hipótesis taradas son fruto de un abuso de las tecnologías actuales, como el Pc o la televisíon cambiar el sueño por navegar en horarios nocturnos van alterando el comportamiento...
Ya estaba harta de soportar que me despertara cuando se acostaba, siempre esto sucedía cerca de las 5 de la mañana, ya sea por sus cada vez más constantes salidas de farra o porque se quedaba en el computador haciendo quizas que cosa, tú sabes con esta delincuencia atroz que se ha visto estos últimos días tienes que dormir con un ojo abierto y otro cerrado, cómo los tiburones (Nota del autor: Se refiere a los delfines que duermen de aquella manera) pero un día una amiga quien estuvo de viaje por la atlántida me dio una gran idea con uno de sus presentes, por mucho que sea mi hijo debía darle una leccíon, le dije que no saliera ese día a la calle porque se estaban lloviendo los aviones, me hizo caso y se quedo ¡¡adivinen donde!!, como al día siguiente debía trabajar, ese era el momento oportuno para realizar mi plan, se lo había hecho saber pero aún así puso sus orejas en los audífonos y murmuro un “Buenas noches”, estaba harta y espere para llevar a cabo el primer paso de lo que llame “Un sueño para la mami” Mi amiga de visita por el zoológico de la atlántida tomo prestado un tierno pero salvaje tapir camboyano, era el presente para su hijo pero por los problemas legales que esto conlleva me lo facilito sin mayores cuidados la criatura sólo tenía un bozal, ya cerca de las 4 de la mañana solté al hipervenilado animal que como muestra de su deferencia arranco parte de una almohada, así le paga a su liberadora.
Siendo bien honesto ya estaba harto de vivir en esa condenada isla y ser humillado de tal forma, tener que hacer mis gracias por un par de vasos de pisco, que burla para nuestra especie, por si no lo sabían los tapires somos caídos al frasco, nos gusta la buena vida, beber bastante, salir de noche, somos unos bohemios, así que cuando esta mujer de cabellos escazos me tomo del pellejo y salío corriendo con 20 guardias detrás sabía que lo mío había llegado, ayude a la humana a escapar y nos embarcamos en una larga aventura que ya les contaré algún día.
Acabo de notar que nadie leerá esto, con suerte yo me tomaré el tiempo de una relectura.
Cuando me encontré con la criatura de frente noté de inmedaito que había encontrado a mi media sandía, mi parte que Hesse describío de tan buena forma en su lobo estapario, lo que complementa mi alma, la bestia tambíen lo noto y fue cuando luego de la venia de Dios pudimos fucionarnos completamente y es así que resulté yo.
Un bohemio Hombre-Tapir ;)
