Julio, lluvia y el ardor continúo
Diariamente se ilustran nuevas búsquedas
Desesperadas y dañinas
Búsquedas de escapes
Te digo
Se precipita la manada de testigos
Fueron las mismas manos
Se encontró con el impulso y huyó
Huyó simulando cordialidad
Se incomodó la sangre de los asistentes
Para no asistir a ninguna emoción
Se recubre de huida, de escape, de arranque
La sorpresa es que sospechó de su vanidad
De sus solitarias calles donde se mimetizó
Deslumbró su intranquilidad al verse desnudo
La sorpresa es que se quebró
Al detenerse cuando lo observaba la mujer
Escasa de carnes, afable y silenciosa
Rubor, cigarro en mano y vestido gris
Ella quebraba espejismos con su pelo al viento
Apaciguo la huida con el arte en su regazo
¿Cuanto guardan las lecciones de emoción?
La lluvia empapó a ambos en su ardor
Se convirtieron en sombras rigurosas
Se ilustraron en unas páginas
Sus pasos tropezados
Sus gritos
Te digo