domingo, 9 de agosto de 2009

{HIelo y fiebre}

En las caderas de los segundos
Tus senos detienen el minutero
Para besar el beso del tiempo detenido
Sin mi lengua que descansaba en la escalera de tu pulso
Y entre una jovial edad suspirada
El hambre de incendiar cinturas
De alimentar la respiración sin tiempo
La llamada se hace llamarada
Opacados por la luz de esta pierna tan nuestra
Nuestras voces tan unidas y cantadas
El alma de tu labio toma el cuerpo de mi piel
Cuando el disparo va hacia el gatillo de tu arma
El dibujo delata este grito humeante
En la espalda de la tarde recorriendo rincones

1 comentario:

María Constanza dijo...

Por algún motivo, cuando entro a este espacio, no me salen las palabras adecuadas. Eso es una buena señal.
Saludos :)